Presentación General

SEX. La palabra más buscada en Google arroja títulos y títulos. En menos de 1 minuto 4 billones de posibilidades y un mar de información: Sex o No Sex, Sexo y estilo de vida, El tiempo exacto que debe durar el sexo, Consejos y mitos, Pareja busca sexo, Entrada para sexo, Qué sabes de sexo… Fotografías, artículos, cómics y más. Enlaces a los que niñas, niños, adolescentes y jóvenes tienen acceso sin restricción, excepto las que en casa se imponen.

Históricamente se ha explorado la sexualidad como experiencia intrínseca entre el individuo y el contexto. Cada generación ha creado sus propios códigos éticos para explorar el cuerpo y el placer y ha transmitido su experiencia a través de pinturas, esculturas, literatura y tradición oral. Desde el culto totémico a los genitales en las sociedades primitivas exaltando la maternidad, la fertilidad y el erotismo femenino; a la exploración del erotismo masculino a través de la masturbación, el culto al falo y la belleza corporal de los egipcios, griegos y romanos. En las culturas precolombinas la sexualidad era abierta y libre, la virginidad no era un don especial, se aceptaba la homosexualidad y separación de la pareja. El erotismo era parte de la naturaleza y se conectaba con sus principios. La obscenidad en el centro, «no con el significado con que hoy utilizamos la palabra ´obsceno` sino con el de ´sexualmente sabio e ingenioso`», como narra la psicoanalista Clarissa Pinkola Estés en su libro Mujeres que corren con los lobos.

En Europa se transitó del reconocimiento público de las funciones sexuales representadas como la unión entre lo divino y lo terrenal en las cosmovisiones que le precedieron, a la represión de la edad media que instaló en la psiquis colectiva el paradigma de lo femenino como objeto de perdición, las mujeres como seres inferiores, el cuerpo herramienta del demonio, el deseo enfermedad y el placer pecado.

El abismo que se abrió fue tan grande que hasta hoy lidiamos con sus consecuencias. Basta con echar un vistazo a la dicotomía de lo femenino fragmentado: `dama-puta´, `virgen-lujuriosa´, `reservada-loca´, `sensata-histérica´... Sin escala de grises. Sin posibilidad de exploración.

Miedo, vergüenza, culpa y castigo se fueron enraizando, generación tras generación, amalgamando sus características de acuerdo al siglo y sus tendencias, sin abandonar su esencia: «En torno al sexo, silencio. Dicta la ley la pareja legítima y procreadora. Se impone como modelo, hace valer la norma, detentar la verdad, retiene el derecho de hablar —reservándose el principio del secreto—», como retrata Michel Foucault al período victoriano en su Historia de la Sexualidad. Así se abre paso el siglo XX. De la mano de las innovaciones técnicas de la segunda revolución industrial, la comunicación se transforma y se instala la concepción mecanizada del cuerpo-borrador que debe mejorarse, corregirse, adaptarse para el consumo. Se masifica la industria de la pornografía. Los límites se difuminan entre la permisividad sobre algunos temas tabúes, seleccionados, y los prejuicios heredados. Los nuevos códigos del placer aparecen. Se vuelve a hablar de erotismo y sexualidad, sin abandonar la represión y el puritanismo victoriano encarnados en la psiquis colectiva.

Con la industria de la pornografía se cimentan las bases de la sexualidad masculina de la actualidad. Con las publicidades sexistas de los 60´s y la femme fatal hipersexualizada en el Neo-noir de los 80´s y 90´s se establecen los roles de la mujer y el hombre «deseables», adaptados de los antiguos estereotipos. Canciones, películas, fotografías, refuerzan los imaginarios de cuerpos de consumo que han alimentado las mentes de niñas, niñas y adolescentes de las últimas generaciones. Las nuevas tecnologías y las redes sociales abren el espectro de sobreinformación que lleva a la hipersexualización del siglo XXI.

En este collage se educan los adolescentes, sin espacio para la exploración personal, ni el descubrimiento que lleva al reconocimiento de los propios deseos y límites —y de los deseos y límites del otro— para el libre desarrollo de la identidad. «Es sabido que los niños carecen de sexo: razón para prohibírselo, razón para impedirles que hablen de él, razón para cerrar los ojos y taparse los oídos en todos los casos en que lo manifiestan, razón para imponer un celoso silencio general», escribió Foulcault en su radiografía de la sexualidad victoriana. En algunos contextos parece la noticia de un periódico contemporáneo.

¿Hasta cuándo la sociedad mantendrá los viejos paradigmas del erotismo y la sexualidad? Si las cifras de embarazos adolescentes, VIH/ITS y casos de violencia de género aumentan y millones de menores de 19 años mueren anualmente. Si la vulneración de sus proyectos de vida es evidente. ¿Por qué la educación sexual sigue siendo tabú? ¿Por qué no ofrecerles una fuente de información real y responsable entre tantos millones de puntos de desinformación? ¿Por qué no darles la oportunidad de construir una ética del placer propia?.

Como cuidadores, maestros y maestras, es importante colaborar en el desarrollo integral de chicas y chicos, acompañándoles en su proceso hacía la adultez —sin tabúes ni prejuicios—, para que tomen decisiones conscientes y en medio de la desinformación que les agobia, construyan proyectos de vida responsables y libertarios. Para ello es necesario, no solo transmitir contenidos fisiológicos y hablar de genitalidad y las consecuencias de la práctica sexual, sino ayudarles a reconocerse como personas autónomas y libres facilitando el desarrollo de sus potencialidades.

  • Autorreconocimiento, reconocimiento del deseo, cuerpo e identidad.
  • Consentimiento y límites.
  • Reconocimiento del otro, escucha y observación del entorno.
  • Manejo de emociones.
  • Aceptación de la diferencia, planteamiento de la igualdad y los derechos.
  • Reconocimiento de buenas y malas prácticas del amor.

Y esto es un proyecto político para facilitar la reflexión y construcción de una nueva Ética del Placer, que promueva el desarrollo de la salud sexual de adolescentes y jóvenes, la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer para luchar contra problemáticas como la violencia de género, el embarazo adolescente y epidemias de enfermedades como el VIH/Sida.

Las Guías Didácticas de Amorfiesta proponen una serie de actividades compiladas en 6 Dosieres para que cuidadores, maestros y tutores debatan y creen contenidos con grupos de adolescentes y jóvenes en sus clases. Pero también para que adolescentes y jóvenes puedan reflexionar jugando en sus propios entornos. En esta versión ofrecemos 2 temáticas para que a partir de la historia de Petra y Pascacio puedas trabajar estereotipos y mitos del amor romántico. Si deseas más información y material sobre nuevas masculinidades, acoso callejero, límites y autocuidado, educación sexual para la prevención, comunícate con el equipo de Amorfiesta al correo: amorfiesta@gmail.com o contáctanos en nuestras redes y página web.

¡Siguiendo la ruta de Petra y Pascacio construyes Amorfiesta!

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